Transiciones 13 ···········>14
«…Dejo mi cuerpo y me voy, lejos, a ninguna parte, y no quiero estar con nadie, ni siquiera conmigo, y no tengo, ni quiero tener, nombre ninguno: entonces pierdo las ganas de llamarme o ser llamado». (Eduardo Galeano)
No puedo dormir, tenia unas ganas locas de quedarme frita al rozar la cama, pero parece ser que hoy no tocaba. Pensaba en lo bonito que es que alguien te vaya a buscar a la salida. A la salida del trabajo, del colegio. A la salida de una relación, o de una depresión profunda.
Pero aún mejor es que te vayan a buscar justo cuando estás en medio. En mitad de la clase. En mitad de la reunión. En mitad del pozo. A medio camino entre tu corazón y el infierno.
Hará cosa de seis meses fui a hacerme unas radiografias. «No respire ahora», ordenó la enfermera. «Es mi especialidad», respondí. Se rió. Yo hablaba en serio, soy especialista en dejar de respirar, lo hago constantemente.
Al salir, encontré a una niña pequeñísima saltando delante de una puerta corredera de cristal. En lugar de cabellera tenia jirones de pelo y una mirada preciosa. «No se abre», confesó clavando el azul de sus pupilas en las mias. «Eso es que no pesas nada: ¿eres un ángel?», pregunté. Una señora, yo creo que era su madre, nos miró y dijo sonriendo: eso es que el sensor no funciona bien. La niña y yo nos miramos, como no queriendo entender.
Y ahora pensaba que es precioso que te vayan a buscar a la salida. A la salida de cualquier cosa.
Pero el amor escrito con mayúsculas, es aquel que te va a buscar justo cuando estás en la mitad. A medio camino. Y te acompaña y salta contigo para que se abran todas las puertas. Incluida la de salida. Eso es el amor.
Una sonrisa prendida en un trozo de hielo.
Feliz año nuevo 2014.
Me gustaMe gusta
4 de enero de 2014 en 12:54
Feliz año nuevo para ti tb ❤ !!!
Me gustaMe gusta
4 de enero de 2014 en 13:50