B·anidad
B quiere reafirmarse, distinguirse de los demás, ser el centro de atención, ser admirado e impresionar a la gente.
Su máximo logro es imponer su pasión que es la de aparentar para conseguir.
B prefiere el grupo ante el que brillar y la actividad que le defienda del riesgo de los tiempos muertos, de la inactividad ante la que siente un auténtico pánico. Si descansa, lo hace como preámbulo necesario a la siguiente actividad. Si fracasa en algo, rápidamente lo minimiza y tienen en mente un próximo logro más seguro. En sociedad es absolutamente brillante, en equipo es eficaz, en familia responsable y con los amigos es servicial, amable y generoso. El leit motiv: mantener la imagen; si para ello hay que competir, mejor: es para lo que ha nacido. Su intención final: todo ha de servir, incluso las amistades, para conseguir sus metas. B es un ejecutor, un conseguidor y un mercantilista. Se vende bien y vende bien todo lo que le rodea.
Cuando algo le descentra y le pone nervioso se vuelve competitivo para mostrarse superior a los demás: se compara con otros en busca de éxito, estatus y prestigio. Es un escalador social para quien es importante la exclusividad, la carrera y el hecho de ser un «triunfador». B es pragmático, eficiente y orientado a metas; sin embargo, también es calculador y pierde contacto con sus sentimientos bajo la apariencia de ser frío. Se vuelve consciente de su imagen y está muy preocupado por la forma en que los demás lo perciben, por proyectar la imagen adecuada, por decir lo correcto y por presentarse según las expectativas. B es un camaleón social que se adapta sin problemas según el contexto al que se enfrente. A medida que entra en pánico surgen problemas con el compromiso, con la intimidad así como con la deshonestidad y la falsedad. Empieza a impresionar a los demás con sus aires de grandeza siempre tratando de aparentar ser mejor de lo que realmente es. Narcisista y pretencioso; se siente especial, lleno de amor propio inflado y con expectativas grandiosas respecto a el mismo y a su potencial. Se vuelve arrogante y exhibicionista, a medida que despide hostilidad y desprecio por los demás.
Puesto que teme al fracaso y a la humillación, B es su estado más vulnerable pueden llegar a convertirse en un explotador y un oportunista capaz de hacer lo que sea para mantenerse arriba, incluso a costa de los demás. Llega a ser vil, inmoral, mentiroso patológico y puede aprovecharse de las demás personas de cualquier modo posible. Lleno de celos, sabotea y traiciona con malicia a la gente apuñalando por la espalda a amigos y colegas y arruinando reputaciones así como relaciones por la sensación de triunfo que ello le proporciona. Y en su último estadio de disfuncionalidad se torna vengativo y sádico siempre con la intención de arruinar a los demás .
Las relaciones íntimas sufren cuando desvía sus sentimientos por medio de la imagen de quien debería ser al ofrecer una máscara que sea del agrado de otros. Para B la conveniencia y la eficacia se convierten en lo más importante. Se concibe a si mismo como una maquina de alto rendimiento cuyo propósito es correr de tarea en tarea, asegurando los resultados antes de llegar a la nueva línea de meta. Para B la vida es una continua batalla, un juego que se juega para ganar.
Para ganar se vuelve hiperactivo, usando sus relaciones principalmente como un trampolin para su beneficio profesional. Sabe jugar muy sucio. En la vanidad disfuncional ganar se convierte en lo único que existe. Y la máscara tras la cual se esconde puede eclipsar por completo su alma. Llega ser amoral, maquiavélico, despiadado, manipulador y falso. Empieza a creerse sus propias mentiras y a entrampar a las personas sin conciencia alguna de ello. Su objetivo es mantener una ilusión de superioridad gracias a la cual siguen teniendo el control sobre sus objetivos.
Su miedo básico es no valer, no tener ningún valor aparte de sus logros, y su deseo básico sentirse valioso, aceptado y deseable.
B fue valorado en su infancia por su hacer más que por su ser, por su conducta más que por el mismo, por sus logros más que por los esfuerzos que hacían para conseguirlos. Vivió como una carrera de obstáculos la consecución del cariño o del reconocimiento y la satisfacción de la simple necesidad de ser tenidos en cuenta. Había que adaptarse a los deseos de papá o mamá para tener una identidad. Y así fué creciendo, creyéndo ser aquello a lo que se adaptaba. Y ésta es precisamente la tragedia de B: no saber quién es en realidad, porque no desarrolló desde que era niño el hábito de contactar con sus propios sentimientos y deseos. Llegó a creer que la mirada del Otro le hacía existir y que los demás sólo podían apreciarle por su actividad y por su imagen. En la loca carrera por agradar y triunfar, es lógico que aparezcan el estrés, la ansiedad y la angustia.
«He permitido que los demás se engañen a sí mismos. En ocasiones, no se han preocupado en averiguar quién o qué era yo. En lugar de eso, se inventaban un personaje. Ni me molestaba en discutir con ellos: era obvio que buscaban alguien que no era yo…«.
Pero en su mejor forma cuando no se siente amenazado, inferior o inadecuado B es seguro de sí mismo, se sienten deseable y goza de una alta autoestima; cree en si mismo y en su propio valor. Adaptable, energético, muy atractivo, encantador y popular. Emocionalmente es comprensivo, impresionable y sensible a la vibración del otro. Posee una intuición muy fina en su trato con los demás y los predispone a su favor con pequeñas atenciones verbales, con cálidos elogios o mostrando una consideración enternecedora. Es gregario y necesita gente a su alrededor para sentirse entero, bien y feliz. B es más sensible y refinado, más intuitivo, más entretenido, más dotado y más espiritual que los demás. Tiene temperamento de actor. Debajo de su genuina sociabilidad subyace la necesidad de audiencia y necesita del aprecio y atención de los demás para sacar lo mejor de su propia naturaleza y sentirse vivo.
Es muy ambicioso porque quiere perfeccionarse y ser el mejor. Sobresale en su faceta creativa más por lo que compite, lucha y trabaja que por su faceta artística en sí y es verdaderamente admirable; Los demás quieren ser como él e imitar sus logros. Es un buen comunicador, motivador y promotor de si mismo; sabe cómo presentar algo en forma aceptable y atractiva. Se acepta a sí mismo, se guía por normas propias, es genuino y auténtico; Es todo lo que parece y aparenta ser. Es modesto y caritativo. Tiene un sentido del humor especial así como un gran corazón. Es noble, amable, generoso y considerado.
Es por eso que a mi la máscara que llevas de Último Guerrero mega trabajador que está en constante lucha con el mundo me importa menos que nada, a mi me importa el que hay detrás y al que yo veo sin ninguna dificultad. No me culpes por ser una superdotada emocional. Las índigos es lo que tenemos, que no se nos escapa una.
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